Mary Shelley

Mary Shelley

Mary fue una joven inglesa que en el siglo XIX tuvo la oportunidad de crecer en un entorno de libertad y acceso a la educación entonces vetado para las mujeres. Su madre, a la que no llegó a conocer porque murió a los pocos días de su parto, fue la filósofa Mary Wollstonecraft, autora de “La vindicación de los derechos de la mujer” y una de las fundadoras de lo que más tarde se llamó feminismo. Su padre, William Godwin, filósofo político, era defensor del anarquismo, de la igualdad de los sexos en la educación y del amor libre. Así que Mary creció rodeada de libros y asistiendo a interesantes tertulias en su casa donde acudían científicos, teóricos políticos y literatos.

Su romance

En ese entorno conoció a Percy Shelley, poeta, discípulo y admirador de su padre, con quien huyó de Inglaterra cuando ella tenía 18 años, quien no vió bien que su hija mantuviera relaciones con un hombre casado y con una hija a pesar de ser un teórico del amor libre,…., cosas de la teoría y la práctica. Repudiados por la familia y no recibidos por la conservadora sociedad británica, huyeron en un viaje que les llevó por toda Europa. 

Con ellos se marchó también Claire, la hermanastra de Mary, y se encontraron en Suiza con el libertino poeta Lord Byron y su acompañante Polidori. Claire en realidad iba persiguiendo a Lord Byron con quien había tenido relaciones y de quien estaba embarazada. Este grupo de aristócratas liberales y expulsados por la buena sociedad pasaron el verano y otoño de 1816 en una casa de campo casi sin poder salir debido a las condiciones climatológicas que ese año provocó en todo el mundo el volcán indonesio Tambora. Allí leían en alto al calor de la chimenea y debatían sobre los temas candentes del momento, pero las horas son muchas cuando no se tiene nada que hacer, y Lord Byron para pasar el rato, propuso que cada uno escribiera un relato de fantasmas. Sabemos esto porque en esa época era habitual la escritura de diarios y así se relata en el de Mary. De ahí surgió el primer cuento que escribió Mary Shelley y que ya contenía el germen de su novela, convirtiéndose más adelante en “Frankenstein”.

Los inicios de su obra en el anonimato, como era lo habitual

Cuando volvieron a Inglaterra y quiso publicar su primera novela, se encontró con las dificultades propias de una mujer del siglo XVIII que quisiera publicar, así que tuvo que hacerlo bajo el nombre de “Anónimo”. Más tarde, cuando se supo de su identidad, tuvo que enfrentarse a quienes decían que, en realidad, era su marido Percy el que había escrito la novela o que al menos había contribuido sobremanera en ella, ya que no consideraban que una joven pudiera hablar de temas tan escabrosos como la resurrección de muertos a través de corrientes eléctricas. Tuvo que pasar tiempo y contar con el apoyo de su marido, para que su autoría llegase a reconocerse.

Mary y Percy se trasladaron a Italia y a lo largo de su vida tuvieron varios embarazos e hijos de los cuales tan solo sobrevivió uno de ellos. Percy murió antes de cumplir los treinta años en una tormenta mientras navegaba, y a partir de ese momento Mary dedicó su vida a la recopilación y publicación de la obra de su marido. Más tarde emprendería otros trabajos propios dentro del ámbito de la ficción como “Matilda” que trata temas como el incesto y el suicidio, “Valperga” una novela histórica ambientada en Florencia sobre la política y el amor, o “El último hombre en la tierra” basado en un apocalíptico mundo donde una plaga ha erradicado a la humanidad. Ninguno de ellos llegó a tener el éxito y reconocimiento de su primera novela:

“Frankenstein” se considera fundadora del género de ciencia ficción y creó un mito de terror que sigue bien vivo hoy en día.