El mito del vampiro

Bela Lugosi Drácula
Bela Lugosi Drácula

Este mito se constituye como una persona que ha renegado de las normas sociales para vivir su vida a cambio de renunciar a ella, a estar muerto aunque puede seguir vivo y ser inmortal pero solo de una determinada manera. Por ello no tendrá nunca el descanso eterno sino que vagará sin fin generación tras generación sin descanso, disfrutando de la eternidad pero también condenado a ella. 

Entre sus características encontramos que suele reposar en un ataúd, no envejece y mantiene su juventud, que no se refleja en los espejos y que al haber renegado de las normas sociales y religiosas, retrocede ante los crucifijos cristianos y otros elementos religiosos. El precio de este tipo de vida y de su inmortalidad es renegar de la luz y vivir entre las tinieblas, por lo que vivirá de noche y no podrá darle la luz solar que sería para ellos su fin definitivo. Para tener energía necesitan beber cada pocos días sangre que es lo que les da energía. Para ello dispone de unos colmillos muy afilados que les permite morder en la piel y poder conseguir extraer la sangre. El vampiro tiene los sentidos muy desarrollados, tanto el olfato, como la vista, el oído o  la capacidad de moverse con rapidez son cualidades que las tiene mucho más desarrolladas que el resto de los humanos. La luz solar, el contacto continuado con un crucifijo o el cortarles la cabeza son las únicas maneras con las que acabar con su inmortalidad y provocarles la muerte. La perforación del corazón por ejemplo a través de una estaca les supone una paralización de su condición aunque no la muerte definitiva.

El vampiro es un personaje seductor y atractivo porque significa la lujuria y estar al margen de las estrictas leyes sociales, además de por conservar la vida a través de la inmortalidad manteniendo la juventud y un excelente estado físico. 

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